El Hechizado


- Corría y corría. Todo lo que le permitían sus piernas...
Hacía tiempo que llevaba buscándolo. Había oído hablar de ello infinidad de veces y por fin, hacía dos años ya, comenzó a investigar en serio su localización... 'el Tesoro de Los Dineros'
Habían pasado casi dos años de documentación. Horas, días, noches ante la luz cetrina de su ordenador portátil. Libros y libros en numerosas bibliotecas, pues los datos que escupía el buscador poco o nada le decían. Casi dos años de intensas lecturas, buscando referencias a ese maldito dinero que debía contener un supuesto tesoro.
- ...las letras, todas y cada una de ellas, pasaban por su pensamiento en estos momentos. Una a una, martilleándole las sienes y golpeándole con el desbocado palpitar de un corazón que se dejaba sentir en cada músculo de su cuerpo. Mientras corría y corría.
Dos años buscando, por no colocar en el orden adecuado sus pensamientos.
'El Dinero del Tesoro' ...tenía esa maldita frase como grabada a fuego en su cabeza. El deshaucio fue el revulsivo definitivo para decidirse a la búsqueda. Si bien nunca había necesitado un aporte económico extra, el verse en casa de un familiar, pero sobre todo fuera del que había sido su hogar durante tantos años, le animó a comprobar si eran verdad aquellas habladurías de un dinero escodido en el campo.
- Y ahora se le iba cayendo de los bolsillos.
En su loca carrera, las jaras pringosas le abrazaban con un pegajoso e insistente cariño. Las ramas más fuertes parecían querer clavarse en su piel. Al menos, agradecía que sólo le engancharan la ropa.
Pero, en su furioso correr, se iba dejando girones de la chaqueta y el pantalón, cayéndosele el contenido de los bolsillos. Aún así, nada le haría detenerse. Nada le haría mirar hacia atrás, ni un solo instante...
Todas las conversaciones, todas las lecturas, todas las investigaciones fueron vanas hasta que, por el azar del destino, el buscador le devolvió una referencia a un risco en un pueblo de la provincia de Ávila. El Risco de Los Dineros.
De repente, como con un fogonazo de luz, en su cabeza si hizo la claridad, y toda la información que memorizaba y barajaba a cada minuto se colocó al instante. Todo tomaba forma... un supuesto tesoro podría estar esperándole en el Risco de Los Dineros, en Las Navas del Marqués.
Entonces, la búsqueda tomó una dirección concreta y única, centrándose en ese punto de la geografía, y en todo lo que pudiera saber sobre ese grupo de piedras. Localización exacta, acceso, datos, historias, leyendas...
- ...maldiciones? No. No podía creer que eso fuera fruto de una maldición. Eso que le había tocado el hombro, eso que le había susurrado al oído y, gritado... con... esa voz...
Mientras corría, recordaba esos ojos iluminados como si fueran ascuas. Recordaba el aliento helado en su rostro cuando... eso... le... ¿habló?
Corría y corría, cada vez más cansado, cada vez más desnudo por culpa de las insistentes ramas que iban arrancándole el cada vez menos tejido de su ropa, perdiendo a cada paso lo poco que le iba quedando en los bolsillos, del tesoro que había encontrado...
En su loca fuga apenas le dio tiempo a pensar en qué había ocurrido hacía unos instantes. Volvió a su cabeza el momento en el que sacaba aquella caja de debajo de una piedra. Volvió a recordar su tacto suave y cálido, y cómo brillaba el interior a través de sus paredes, como si dentro hubiera una luz encendida. Recordó como abría la tapa y hundía sus manos en el contenido dorado, mientras el aire a su alrededor pareció volverse espeso. Recordó claramente como el viento giró alrededor de su cuerpo, y cómo en un instante la noche se apagó aún más. Oyó, de nuevo, esos susurros espectrales que poco a poco se convirtieron en gritos agudos y pequeñas luces rojas danzando a su alrededor.
Sintío... helado, firme, pausado, el contacto de lo que podría ser la mano de... esa... sombra. Cómo se sintió tan vacío cuando su mirada se cruzó con esos dos ojos candentes. Y el aliento helado que pareció lamerle el alma...
Su carrera cada vez era más pesada. Sus piernas cada vez daban los pasos más cortos, y el corazón parecía empezar a cansarse. Empezó a notar dolores terribles en los músculos, pero todo su empeño era alejarse de aquel lugar maldito.
Empezó a recordar más claras las palabras... 'no te acerques al Risco' Empezó a recordar algunas cosas que le habían mencionado los más viejos del lugar... 'sí, un tesoro dicen que hay, pero también dicen que han visto fantasmas'
Frases leídas en viejos libros, que entonces no tenían ningún sentido, pero que parecían tomar toda lógica '...aquel que ose destapar el Tesoro de Los Dineros, sufrirá el hechizo de los vigilantes muertos'
- El agotamiento lo ahogaba. No le parecía haber corrido tanta distancia, pero las piernas, los brazos, todo su cuerpo parecía pesarle una tonelada. Agotado, axfisiado, sólo quería correr y correr, aunque sus zancadas se iban convirtiendo en cortos pasos. Empezó a no sentir los pies y se dio cuenta de que empezaba a arrastrarlos. Al mirar hacia abajo, comprobó que ya no le quedaba nada de ropa sobre una piel gris y costrosa. 'Es la noche. Es la poca luz' quiso convencerse mientras seguía recordando con terror más y más frases sueltas... 'dicen que el Risco está hechizado. Que hay rocas que antes fueron personas. Gente que buscaba el tesoro, y que fueron atacados por los espíritus de la noche' '...que si te tocan las sombras, te conviertes en piedra'
Locuras. Paranoias de viejos seniles y de abuelas cuentacuentos ('...que al que toca el tesoro, los músculos se le vuelven piedra') Cuentos para asustar a los niños ('si la sombra te habla, tu cerebro se hará arena') hechizos imposibles y presencias inaceptables en estos tiempos que corren...
...sin poder dar un paso más, el pecho le quemaba. Cada vez le costaba más mover su cuerpo. Lo sentía pesado, lo sentía rígido, seco 'no estaría mal beber un poco de agua' pensó mientras se apoyaba en una roca. Sintió su mano suave al contacto contra la piedra. 'Con la piedra' empezó a entender... 'Debí haber hecho caso. Debí haber creído las historias más oscuras y haber confiado en la sabiduría de los viejos... -si coges el Tesoro de los Dineros, te convertirás en piedra- ...debí haberme olvidado de todo esto' pensaba mientras agotado, se sentó incapaz de dar un paso más.

El cansancio y un sopor que se iba apoderando de él, hizo que se acomodara, apoyando su cabeza sobre el antebrazo.
Mientras se dormía, recordaba unos ojos color fuego que le miraban, y un aliento que le arrancaba la vida.




2 de julio, de 2013 - Imágenes propiedad de 'ChuChoo Arte'©

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