Hirió su boca.
No se dio cuenta hasta minutos después, cuando el sabor a hierro de su sangre caliente se entremezcló con el recuerdo del gusto a cereza... violetas y miel... Y así quedó, escurriendo por su barbilla y volviéndose pegajosa instantes antes de gotear.
No creía que fuera a ser tan áspero. Con aquel color tan agradable y esa textura que suponía de terciopelo »
En MI PRÓXIMO LIBRO hablo de texturas y sabores. Imaginadas, reales, soñados, recordadas, probados...
Me voy al bar a pedir un combinado, con garantía de éxito.
16 de abril, de 2019 - Imagen facilitada por 'Canva', con autoría de ''Nidhin K S' en Pexels
Comentarios
Publicar un comentario