Me marcho

- Has estado toda tu vida sin mí. Podrás seguir haciéndolo, ahora que me marcho.
Salió, dejando estas palabras junto al vacío que se anudó en su estómago. Provocando ligeros sollozos, la tristeza competía con el silencio que se solidificaba mientras se cerraba la puerta ante su mirada. Dentro, el espejo del recibidor mostraba un rostro con lágrimas brillantes de desolación.

- Lo nuestro no puede ser
...había dicho la noche anterior.
La frase aplastó su pecho. 'No puede ser...' Lo sentía como una lápida que sella y termina una etapa vital.
No podría vivir sin su compañía, sin su presencia. Sin sus risas, ni sus silencios. Sin sus bromas, sin su olor, sin esos ojos que parecían hablar.

...
Esta historia continuará. Siempre lo hace.
Siempre se "sobrevive" y, como siempre debería ser, siempre es una mejora.
En MI PRÓXIMO LIBRO hablaré del desapego
De cómo nos conviene, de cómo nos sana, enseña, depura, alivia. De cómo hace más ligero nuestro equipaje, permitiéndonos un viaje mucho más agradable, y aumentando nuestra capacidad de "apercibimiento"

Mientras, voy al bar a desapegarme de esta sed.

10 de abril, de 2019 - Imagen facilitada por 'Canva', fuente 'Pexels'

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